Dejar de fumar
El tabaquismo -
Dejar de fumar - Grado de
dependencia - Nivel de motivación
Primer intento -
Gestión del peso -
Falsas soluciones

Supongo que es inútil intentar convenceros de lo nefasto que es fumar
para la salud: boca pastosa, riesgos de cáncer, problemas cardiacos,
sensación de ahogo después de un esfuerzo, dependencia física y un largo
etc. A estos problemas de orden físico se suman otros de orden
psicológico: ansiedad, tensión, sensación de dependencia; y otras de
orden económico: basta calcular cuanto nos gastamos en tabaco, por día,
por semana, por año, en diez años para darnos un susto bien justificado.
En el fondo a la mayoría de los fumadores nos
gustaría dejar de fumar.
Vamos a dar una ojeada a las razones por las que
nos gustaría dejar de fumar:
-
Recobrar un buen sabor
de boca.
-
Recobrar un buen
sentido del gusto y del olfato.
-
Recobrar una buena
condición física.
-
Respirar mejor.
-
Economizar.
-
No ser dependientes
del tabaco.
-
No ahumar la familia.
-
Recobrar un buen
aliento.
-
Tener hijos sanos.
-
Recuperar una buena
actividad sexual: sí, fumar provoca una mala circulación sanguínea
que acaba por disminuir la intensidad de las erecciones.
Y vamos a ver unas cuantas razones por las que no
dejamos de fumar:
-
Por miedo a no ser
capaces.
-
Por miedo a engordar.
-
Por no perder un
placer cotidiano.
-
Por miedo a ser
irritable.
-
Por miedo a deprimir.
-
Por miedo a padecer
insomnio.
-
Para no tener
dificultades de concentración.
-
Por miedo a no poder
concentrarme en el trabajo.
-
Para no estar
angustiado por falta de tabaco.
Las sensaciones de angustia y nerviosismo que
sentimos poco antes de fumar se deben esencialmente a la falta de
nicotina y por supuesto el hecho de fumar las calma; pero hay soluciones
para salir de este circulo vicioso que equivale a darse un golpe en un
pie para no sentir un dolor de cabeza y un golpe el la cabeza para
olvidar el dolor del pie.
Volver
Dejar de fumar no es fácil ; pero no es una razón suficiente para no
intentarlo.
La dificultad es proporcional a la dependencia, a
la cantidad y al tiempo que hace que fumamos. Pero en todos los casos
hay soluciones.
Para comenzar habrá que saber en que grado somos
dependientes del tabaco y de nuestra motivación para dejar de fumar. Los
remedios "milagro" no existen; pero una fuerte motivación y voluntad de
hierro son necesarias.
Grado de dependencia
¿Cuanto tiempo después de levantarnos fumamos
nuestro primer cigarrillo?
Cinco primeros
minutos.......... [3]
De seis a treinta
minutos........[2]
De treinta y uno a
sesenta...... [1]
Después de sesenta
minutos.......[0]
¿Me cuesta abstenerme de fumar en los sitios
donde está prohibido?
Sí...............................[1]
No...............................[0]
¿Cuántos cigarrillos fumo al día?
Menos de
10......................[0]
De 11 a
20.......................[1]
De 21 a
30.......................[2]
Más de
31........................[3]
¿Fumo más por la mañana que por la tarde?
Sí...............................[1]
No...............................[0]
¿Fumo cuando estoy en cama enfermo?
Sí...............................[1]
No...............................[0]
SUMAR LOS PUNTOS..............[ ]
De 0 a 2: el fumador no es dependiente de la
nicotina; se puede dejar de fumar sin ayuda.
De 3 a 4: poco dependiente se puede dejar de
fumar con una pequeña ayuda, por ejemplo chicle con nicotina.
De 5 a 6: fumador medio; se puede dejar de
fumar pero una ayuda se hace muy aconsejable; en este caso los parches
con nicotina durante los dos o tres meses son lo más adecuado.
De 7 a 9: fumador fuertemente dependiente;
una ayuda es prácticamente necesaria; como en los grados 5 a 6 habrá que
utilizar parches con nicotina; conviene consultar con su médico o un
centro de lucha contra el tabaco para adaptar el tratamiento. Una
voluntad de hierro puede ser suficiente pero no todo el mundo la tiene;
una ayuda psicológica puede ser muy bien venida.
Nivel de motivación
Si dejásemos de fumar hoy mismo ¿cual sería nuestro grado de motivación
de 0 a 10? Cero equivaldría a "estoy seguro de no conseguirlo" y diez
"estoy seguro de lograrlo". Un buen grado de motivación sería más de
siete; a menos de siete es aconsejable continuar reflexionando sobre el
tema y buscar información para reforzar nuestra motivación, leyendo
artículos sobre el tabaquismo, sobre formas de dejar de fumar o hablando
con antiguos fumadores.
Nivel de motivación: riesgo de recaída en rojo
0.1.2.3.4.5.6.7.8.9.10
en verde vale la pena intentarlo.
Si nuestra motivación es superior a siete podemos
pasar a la etapa siguiente: el primer intento.
Primer intento
No hay que tomarse a la ligera nuestra primera
tentativa. Y, sobre todo, hay que prepararse lo mejor posible para
aumentar nuestras posibilidades de éxito. Cuanto mejor conozcamos
nuestras reacciones frente al deseo de fumar, mejor podremos encontrar
soluciones para hacer frente a estos casos.
Consejos para antes de dejar de fumar:
-
Elegir una fecha precisa, dándose tiempo para
prepararse un mes antes. Por ejemplo: el cumpleaños o el santo.
-
Elegir un periodo de poco estrés: vacaciones o
una bajada en el ritmo de trabajo. Ir haciendo algunas tentativas;
ejemplo: retardar el primer cigarrillo, o fijar una cantidad máxima
por hora o por día.
-
Dejar el tabaco en un lugar poco accesible: en
un armario o en el coche si no es nuestra herramienta de trabajo.
-
Si bebemos café o té, beber un poco menos,
remplazándolo por otra bebida, un buen baso de agua o un zumo de
fruta.
-
Si nos es posible en los momentos en los que
solemos fumar más, introducir una actividad física: andar, poner un
poco de orden o, ¿por qué no?, lavarse los dientes.
-
Poner al corriente de nuestra decisión a las
personas de nuestro entorno y si son fumadores rogarles que eviten
fumar en vuestra presencia.
Consejos una vez hemos dejado de fumar:
-
Los primeros días en que ya no fumamos, un
deseo brutal de fumar puede presentarse; de hecho no dura más de
tres o cuatro minutos; puede ser un reflejo condicionado: sobre todo
en los momentos en los que solíamos fumar; en estos casos hay que
actuar rápidamente, cambiar de lugar y de actividad, por ejemplo:
beber un gran vaso de agua, hacer ejercicios de respiración,
masticar un chicle, contar hasta cien o si nos es posible hacer un
poco de ejercicio; cualquier cosa antes de abandonar, recordar que
ese momento difícil acaba por pasar, que cada vez que lo superamos
es un triunfo que nos aleja un poco más de esa dependencia y nos
acerca un poco más de nuestra libertad.
Volver
Es cierto que en la mayoría de los casos, dejar de fumar, hace engordar.
Un fumador, en termino medio, pesa dos kilos menos que un no fumador. Se
debe a la acción de la nicotina sobre el metabolismo: un fumador quema
más calorías.
Para compensar, por una parte la disminución en el
consumo de calorías y por otra la tendencia a comer más en los momentos
de angustia por falta de nicotina, hay que evitar el consumo de
alimentos excesivamente grasos, es preferible remplazarlos por frutas y
legumbres. No se trata de ponerse a régimen, sino de ser prudentes.
Hay que ser conscientes de que para consumir la
misma cantidad de calorías que cuando fumamos, deberíamos hacer una hora
de marcha rápida por día.
También se puede aceptar el hecho de engordar unos
kilos, que se pueden eliminar un poco más tarde; cuando el problema del
tabaco esté resuelto y nuestro organismo se estabilice.
En cualquier caso no es conveniente comenzar un
régimen alimentario al mismo tiempo para no agregar inconvenientes a la
dificultad de dejar de fumar.
Volver
-
Los cigarrillos ligeros o light son una falsa
solución puesto que tendremos tendencia a fumar más para compensar
la falta de nicotina.
-
Es posible e incluso aconsejable fumar menos
unos días antes de dejarlo definitivamente. Pero fumar menos para
seguir fumando no es una solución definitiva ideal; la mayoría de
las personas acaban fumando la misma cantidad.
-
Cambiar constantemente de marca o tipo de
tabaco para perder el placer de fumar no es una solución, puesto que
no altera de una manera significativa la ingestión de nicotina.
Volver
|