La WebCam es, como puede adivinarse, una cámara a la que se accede
a través de una página web. En la mayoría de los casos, no se trata de vídeo continuo,
si no de tomas que se van actualizando periódicamente, un periodo que puede oscilar entre
un minuto y un par de horas.
Las hay de curiosas, aunque poco divertidas, como las que muestran
la vida cotidiana de las verduras o los yogures en el interior de un frigorífico. No se
asemeja en nada a las películas de acción y, bien mirado, es paradójico que apenas se
preste atención a la nevera propia y, sin embargo, estamos dispuestos a esperar largo
tiempo y pagar la factura telefónica por ver una nevera, la mayoría de las veces a
oscuras, de no se sabe muy bien de quién. La mente humana es una fuente inagotable de
misterios.
Las hay, sin embargo, colocadas en lugares o con temas que
despiertan un poco más el interés. Algunas están instaladas en reservas naturales,
entre animales; incluso en una lobera. La calidad y la frescura de las fotos bien vale la
pena el esfuerzo de la conexión.
Otras están en la Antártida, en una playa o en el centro de
Moscú. Algunas tienen contenido anodino, como la de la nevera o la que muestra el
interior de una zapatilla. Y, faltaría más, también las hay que proporcionan tomas
eróticas, las que están instaladas en el dormitorio de un internauta o dentro de una
nave espacial.
Las cámaras web son una generosa fuente de material gráfico. Echa
un vistazo por aquí: