No hay nada como levantarse temprano, a eso de las 10 de la
madrugada, dar un tonificante paseo matutino hacia la sombra del
jardín, en la que se ha dispuesto la mesa, en la que se han
dispuesto ya el zumo de naranja recién exprimido y las tostadas,
y, alrededor, el murmullo de las olas y los cu atro
pajaritos de siempre rompiendo el suave silencio. Un baño en la
piscina... y el periódico. Una escena así no se acaba de
concebir sin el periódico cerca. Aunque no se lea, pero cerca.
La tecnología debería ir encaminada a
popularizar esa manera de informarse. La tecnología no avanza
tanto como dicen.
Ahora, sin jardines, sin piscinas, sin una
bellísima vista al mar que te da la bienvenida al nuevo día, es
posible leer no uno, sino cientos de periódicos de cualesquiera
de los rincones de la tierra en los que fueran concebidos. Un
ordenador portátil, dispuesto en la mesa del jardín de la que
hablábamos, equipado con un módem de 56 kb, compatibiliza todas
las formas de informarse sobre lo que pasa a nuestro alrededor.
La mayoría de los periódicos tienen su
versión electrónica al alcance de los internautas voraces de
actualidad. Sin desplazamientos, sin suscripciones, sin
retrasos. ¿Te interesa una publicación regional hindú?. No hay
problema, en pocos segundos verás sus páginas. Leerlas ya es
otro cantar.
Internet está lleno de periódicos. El
precio viene a ser el mismo, la disponibilidad es inmediata.
Sólo hay que escoger el más adecuado. |