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También, eso no puede excluirse, sirve para distraerse un rato. Hay varias opciones para escoger. Si quieres echar una partida de ajedrez, por ejemplo, en tiempos antiguos se necesitaba que alguien estuviera disponible cuando se te terciara el gusto de competir. Ahora ya no hace falta: te conectas a Internet y te lías a matar peones a destajo con un ordenador que, a lo mejor, está en Tanzania. Otra cosa es la lectura de los periódicos tanto del pueblo como de lo más recóndito. No hay límites. ¿Te interesa lo que está pasando en Puerto Rico? No hay problema. Seguro que puedes saber más cosas que sus habitantes. Las webcams son otra posibilidad. Es como abrir una ventana que diera en el lugar que te viniera en gana. Bien, vamos llenando las posibilidades de que tu ocio virtual (que es en realidad real) sean más que suficientes. Echa un vistazo al menú de tu izquierda y elige.
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