Con humor

 Suscríbete - Buscar - Contactar - Descargas

   
 


Página principal - Zona Activa - Frases célebres - Humor - Cocina - Diario Impersonal - El baúl de la sonrisa

 

Página Principal

Humor

No quiero volver mañana (video)

Tratar con las operadoras de telefonía

Sonríe un rato con Honorato

Chistes

El baúl de las sonrisas

Diccionario Enciclopédico sin ilustrar

Manual del Viajero

Anecdotario informático

Si amas a alguien...

El Pedo (con perdón)

La borrachera: síntomas y soluciones

Carta de Amor

Doctor, doctor..

Unos cuantos chistes más

Colmos

Diario de un desgraciado

Cómo nos duchamos

Respuestas a exámenes

Excusas

Frases históricas

Catalanes

>>>>

 


 

 El Manual Práctico del viajero

 

Preparar las vacaciones no es tarea fácil. Por ello, hemos querido crear este breve, pero eficaz cursillo cibernético para, paso a paso, preparar esas vacaciones o esa excursión de fin de semana. Para preparar un viaje deben seguirse unas sencillas reglas.

Escoger el destino

No es un punto totalmente indispensable. Bastaría con dirigirse a cualquier estación de ferrocarril y decir "deme un billete para el primer tren que salga" (el ejemplo, en estos momentos, no puede aplicarse a los aeropuertos, ya que éstos pueden convertirse en principio y final de unas breves y económicas vacaciones). O montarse en el coche y, al azar, seguir al primero con matrícula de otra provincia o país.

Otro método usado con gran éxito es darle vueltas, con un hábil empujoncito lateral con el dedo índice, a una bola del mundo de juguete. El material de la bola debe ser resistente, ya que los más fuertes pueden ver como su dedo, o incluso parte del antebrazo, indica, erróneamente, una visita a varios centenares de kilómetros bajo la corteza terrestre. Efectivamente, el sistema se basa en darle el empujoncito, cerrar los ojos, contar hasta tres y detener la bolita con el mismo dedo. Al levantarlo, el destino queda claro y las dudas disipadas. Si, por un casual, éste se posicionara en mitad del Atlántico o en pleno desierto de Gobi, se permite repetir la operación. O asumir la aventura.

Estos sistemas ahorran las pequeñas discusiones, tan poco constructivas, en las que cada miembro que conforma el núcleo familiar se propone visitar un lugar diferente, o incluso quedarse en casa. Es ideal para indecisos.

No obstante, lo más normal es contemplar varias opciones para, usando el método de eliminación, quedarse con la más apropiada. El método de eliminación puede ser llevado a cabo por uno mismo: "hace demasiado calor allí"; por otros: "lo siento, no tenemos plazas hasta febrero del 2.002"; o por factores económicos -"he ido al banco a sacar dinero y se ha descojonado toda la plantilla".

De entre esas opciones, la más apropiada debe descartarse automáticamente, en virtud de la ley de Murphi, ya que no será posible encontrar alojamiento, medio de transporte, las tarifas serán abusivas, o una huelga de pizzerías pondrá a toda la familia en contra.

Bien, con dos o tres posibilidades, debe afrontarse al siguiente paso.

Documentarse al respecto

Cuando se ha escogido un destino, cabe preguntarse: "y cuando estemos allí, ¿qué?". Aún si el conjunto de actividades previstas se resume a comer, beber, dormir y alguna cosa más, es preciso recoger la máxima información. Que las habitaciones tengan una temperatura adecuada para el descanso es primordial. Los restaurantes y lugares de tapeo deben conocerse al dedillo. Las tumbonas y sombrillas de la piscina se reservarán con meses de antelación: reservarlas in situ provoca estrés e interrumpe el descanso. Y para no agotarse, el bañador y las chanclas harán las funciones de pijama, traje de paseo y vestido de noche. Para las ocasiones especiales, un bañador más oscuro.

Si, por el contrario, se busca actividad, en contraste con las pocas posibilidades que el trabajo cotidiano proporciona, también Internet facilitará información sobre las posibles excursiones, los deportes, los lugares más concurridos, y las fiestas a las que hay que acudir sin falta. Hay que contar, en estos casos, con el placer de asistir a las largas colas que se forman en los peajes, o comprando entradas de cine, parques temáticos o catedrales. Cómo no, sentirse uno entre un protector rebaño humano que te desplaza, aún profundamente dormido, desde el principio al final de una cueva, es una experiencia que debe ser absorbida por cada uno de los poros de la piel. Por unas pocas monedas, un modesto pastor guiará nuestros pasos.

Medios de transporte

Bien, ya tenemos el lugar escogido. La palabra duda es desconocida para nosotros. La marcha atrás no está concebida en nuestra palanca de cambios. ¿Cómo desplazaremos nuestros tipazos envidiables hasta el lugar escogido?. Hay varios métodos conocidos.

Si se escoge meterse en el coche como medio de transporte, hay que seguir algunas reglas básicas:

Revisar el vehículo. En un viaje largo, es necesario que los puntos clave, como los frenos, los amortiguadores o la dirección, estén perfectos. En condiciones extremas, pueden ser decisivos.

No marcarse objetivos. El viaje es parte de las vacaciones. Aún en la cola del peaje, delante de un señor que no encuentra la tarjeta de crédito, y de otro que está buscando las monedas bajo el coche, debe conservarse el buen humor. Si se llega tarde, a nadie le importa. Ni a uno mismo. Y si en el coche hay alguien con prisas, se le puede recomendar otro medio de transporte opcional, como ir a pié o montado en un camello de alquiler.

No echar leña al fuego. El conductor ya tiene bastante con intentar saber por donde va, con soportar a los conductores graciosetes de turno, la monotonía, o el cansancio. No hay que recordarle contínuamente que es un inútil al volante y que con Luís ya estaríamos tumbados a la fresca sombra de una palmera. Los consejos, antes o después. No sólo es inútil, si no que es contraproducente.

No comer ni beber como cosacos. Lo uno provoca somnolencia tipo marmota. Al volante, un dulce sueño puede acabar en pesadilla. Lo otro disipa la prudencia, disminuye los reflejos y altera el sistema nervioso, cediendo más facilmente a infantiles provocaciones de conductores que, tal vez, también han comido o bebido como cosacos.

No escuchar nanas ni música similar mientras se conduce. La música suave puede llevar a tal relajación que alguien acabaría preguntando: "¿quien ronca?" y otro respondiendo con los pelos de punta "¡es papá!" (o mamá, o la abuela, o la tía, o cualquiera que en estos momentos compagine el merecido descanso con la conducción). Tampoco se trata de poner la mas "heavy", porque se acabaría apartando a los coches-tortuga a golpes de volante. La música de Georgie Dan es la más recomendada.

Evitar temperaturas altas. Si ya sabemos, si uno no tiene aire acondicionado y el sol está insultantemente radiante, tampoco hay que quedarse en casa. Pero, sobre todo de noche, es aconsejable que el airecito mantenga las pestañas del conductor hacia arriba. El calor provoca somnolencia. Por ese motivo, los lagartos se ponen al sol a la hora de la siesta.

Descansar. Hacerlo por sistema. Por ejemplo, dos horas de conducción y veinte minutos estirando los pies. El agotamiento disminuye la atención y los reflejos. El conductor debe estar siempre fresco. Unos minutos de descanso, aunque pocos, hacen maravillas. Y si conviene dormir, se duerme. Recordamos, otra vez, que no deben aprovecharse esos descansos para tomarse unas cervecitas.

Nada es igual. Las continuas obras, las desviaciones, las rotondas, etc, hacen que cualquier parecido con la carretera que se conocía cinco años atrás, sea pura alucinación transitoria.

Si se opta por el tren, el barco o el avión, aconsejamos visitar las páginas de las respectivas compañías. En ellas se encuentran algunas ofertas, fechas ventajosas, consejos prácticos, horarios u otro tipo de información que no siempre es dada a conocer por otras fuentes.

Alojamiento

Todo está relacionado. Si se tiene el lugar pero no hay maneras de ir, o no hay sitio donde pasar la noche, es como no tener nada. Una vez más, los buscadores pueden llevarnos hacia el alojamiento ideal. Un camping, un hotel, un apartamento, o una casa rural: los primeros pasos están en Internet. Luego, mejor una llamada, por si el hotel, cuya página nos ha encandilado, se ha convertido en un complejo de oficinas.

Bien, una vez coordinado lo material, no debe olvidarse poner en la maleta una buena dosis de humor, otra de paciencia, otra de curiosidad y muchas ganas de pasarlo bien.

Internet puede usarse como única fuente de información o para ampliar la disponible por otros medios. Ésta debe ser comprobada si sus fuentes no son conocidas. O, incluso si lo son, por si un horario, por ejemplo, no está disponible.

 

 

  Tal vez te interese
 
La autoestima
Estamos elaborando, poco a poco, un completo manual para fortalecer un aspecto fundamental para ser más feliz: la autoestima.
 
 


El funcionario

¿Mito o leyenda? ¿Es merecida la mala fama que tienen los funcionarios? ¿Te has sentido alguna vez maltratado por uno? ¿Este video es humor o realidad?

 


Respuestas a exámenes
Efectivamente, algunos niños merecen un cero patatero en la materia que han estudiado. Pero un 10 en imaginación. Son respuestas verídicas a exámenes.

 

 

 

 
 

 

 

 

 

Web hosting by Somee.com