Mala uva granaína
Un sevillano llega al Centro de Granada y se sienta en
un bar. Llama al camarero y le dice: "Mi arma, ven pacá".
El camarero llega y le dice:
-Aquí en Granada no se dice mi
arma, así que no me vuelvas a llamar asín. Puedes
llamarme Jefe, Camarero, Tío, pero mi arma... no lo
vuelvas a hacer...
El sevillano se empieza a
cabrear y le dice:
-Vale, TIO, no pasa ná. Ponme
una servessita.
A lo que el camarero le
contesta:
-Aquí en Graná no tenemos
servessitas, te puedo poner una cerveza, una caña, un
tanque, un tubo, pero una servessita... no.
El sevillano ya con un rebote
de cojones le dice:
- Joé, po porme una caña, TIO.
Y de camino traemé unas olivitas.
El camarero mira al "morsillón"
con desprecio y moviendo la cabeza hacia los lados le
dice:
-Aquí en Graná no tenemos
olivitas, te puedo poner unas aceitunas si quieres...
El sevillano, ya aguantándose
pa no lanzarse a por el camarero le dice:
-Manda cojones el TIO, po porme
unas asseitunas.
El camarero se va y le trae lo
que le han pedido.
A la hora de pagar el sevillano
paga al camarero y cuando le devuelve el cambio le dice:
-Un segundo, que tengo
curiosidad, aquí en Granada ¿cómo se le llaman a los
Gilipollas?
Y le contesta el camarero:
-Aquí no los llamamos, vienen
ellos solitos por la A-92.
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