El hombre, manual de
usuaria
Funciones básicas
Para empezar, tener en cuenta
que el aparato vale para pocas cosas, o por lo menos,
para muchas menos de las que él presume.
El mecanismo de utilización del
hombre es tan sencillo como el de un cepillo: lo coges
por el mango y lo usas para lo que quieras. El aparato
está dotado de un monomando y dos cojinetes.
El monomando tiene dos
posiciones: plegado y desplegado. En la posición de
desplegado, el monomando sólo admite dos movimientos:
adelante y atrás.
Máximo rendimiento
Para sacar el máximo
rendimiento de un hombre, antes de cualquier orden
pronuncie en tono meloso la frase... "Tú que eres tan
fuerte". Les hace felices cualquier frase que empiece
por: "Tenías razón cariño". "Tenías razón cariño, hay
cosas en Rambo que solo se pillan cuando la ves cuatro
veces"
Limitaciones
El hombre es un aparato que
viene de serie sin imaginación incorporada, y si dice
que te va a echar un polvo, lo hace al pie de la letra,
es decir, te deja hecha polvo, se duerme y se pone a
roncar.
Al principio el aparato se
enciende solo. Conforme pasan los años ya les cuesta más
encenderse... Y llegados a cierta edad, puede que
consigan encenderse......., pero ya no funcionan.
Mantenimiento
Si se le proporciona fútbol y
sexo, al menos una vez a la semana, un hombre cualquiera
puede durar bastante tiempo.
AVERÍAS: Emisión de ruidos
extemporáneos, el más frecuente es el ronquido. Esta
avería es de difícil solución, siendo aconsejable el
cambio de modelo por uno de nueva generación. En caso de
mal funcionamiento, no intente arreglarlo usted misma ni
se moleste en abrir el aparato: no hay nada dentro.
Limpieza
No utilizar nunca productos
abrasivos: ya se quedará calvo él solo.
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