Una sonrisa, por favor Una de las pautas que conducen directamente al bienestar es, la sonrisa. De la misma manera que hay cosas que nos ponen de mal humor fácilmente, también las hay que nos hacen sentir bien fácilmente. Una de ellas es la sonrisa. La sonrisa es una forma de comunicación, una expresión de nuestro estado de ánimo frente a los acontecimientos de la vida y frente a los demás. No confundir con la risa. La sonrisa está repleta de significados positivos: estoy contento de conocerte. Me inspiras respeto y admiración. Me encantaría comunicarme contigo. No te deseo ningún mal. Me gusta como eres. Vamos a pasar un buen rato. Etc., etc. Podemos considerar la sonrisa como un acto inteligente y culto. La sonrisa es como el arte, necesita aprendizaje. Podemos ilustrarnos en el arte de la sonrisa. Podemos buscarla, ir a su encuentro. Convertirnos en cazadores de sonrisas. La sonrisa es uno de nuestros primeros modos de comunicación, y la utilizamos en nuestros primeros meses de nuestra vida. Ya de niños somos unos expertos en el arte de la sonrisa. La sonrisa es accesible a todos de manera gratuita e ilimitada. Para convencerse de la eficacia de la sonrisa basta con cerrar los ojos y recordar la más bella sonrisa que hayamos visto alguna vez. Este ejercicio simple, repetible e incluso mejorable, nos inunda inmediatamente de un sentimiento de bienestar. Inmediatamente nuestra cara esboza una sonrisa. Por supuesto lo que nos hace sentir bien de esa sonrisa, es la sonrisa que estaba en nuestro cerebro, nuestra propia capacidad para sentirnos bien. Las sonrisas que recibimos un día y que llevamos en nosotros. Nuestro tesoro personal. La sonrisa es un arma de seducción y de desarme. Cuando intentamos seducir a alguien esbozamos un montón de sonrisas, son un intento de comunicación positiva. Sonreír a alguien es desarmarlo. Si alguna vez te encuentras en una situación de enfado, sonríe y haz sonreír, verás hasta que punto el enfado se disuelve instantáneamente. Sonreír a los demás es ofrecerse un regalo a sí mismo y al otro. El que sonríe es el primer beneficiado de esa sonrisa, y además induce un estado de ánimo positivo en el otro. La sonrisa es accesible a todos de manera gratuita e ilimitada. Ofrécete un regalo a ti mismo: sonríe por favor.
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