Querer es poder La vieja sentencia asegura que querer es poder. Visto así, bastaría con desear mucho una cosa para conseguirla. Pero eso no es suficiente, entre otras cosas porque si lo fuera, todos seríamos los más ricos del mundo, los más guapos, los más altos y los que tendríamos los ojos más azules. No basta con fijar la mente en un objetivo para lograrlo, aunque esto es muy importante porque es el primer paso para llegar a la meta. Este breve apunte, incompleto quizás, viene a cuento de que parece que cada día está más arraigado un sentimiento de frustración en nuestra sociedad. En primer lugar, y es muy importante, está saber elegir el camino que se quiere tomar. Esta vida es fugaz y el entorno nos ametralla con conceptos que a menudo no tienen fundamento. Estoy seguro de que si nos dejaran elegir el tipo de vida antes de nacer, como si cogiéramos un billete hacia la tierra, no nos obsesionaríamos tanto con el dinero, ni con el poder, ni con nuestro propio ombligo, cosa que ocurre en exceso. Tal vez optaríamos por pasarlo lo mejor posible, o incluso por el placer. Pero no tendría sentido acumular riquezas con tanta avaricia ya que sabríamos de antemano, como de hecho lo sabemos, que se trata de una estancia temporal en este mundo del que no nos vamos a llevar ni la ropa que llevamos puesta. Una vez elegido el objetivo, hay que estar dispuesto a hacer todo lo que se tenga que hacer para llegar a él. Si lo hacemos es como tener un tío en Alcalá, que no es tío "ni es ná". De nada sirve querer ser el campeón olímpico de natación si nunca nos hemos metido en una piscina ni pensamos hacerlo. Con desearlo hasta reventar, no basta. Tampoco tiene sentido obsesionarse con ser notario si no se tiene intención de abrir un libro. Los deseos, por si solos, no bastan. Hay que pasar a la acción. Y ésta suele ser dura. Por último, hay que valorar el precio que hay que pagar, a modo de esfuerzos y sacrificios, y a lo que se debe renunciar. Puede ser demasiado caro o no, eso es algo que hay que valorar y ponerlo en una balanza de precisión para evitar que obtener una cosa no signifique perder muchas otras y mucho más valiosas. |