Cuaderno de apuntes
13-07-2008

El pensamiento polarizado

No son pocos quienes ven las cosas en blanco y negro sin admitir la existencia de colores. Ni siquiera contemplan el uso de una extensa gama de grises. "O estás conmigo o contra mí". Utilizan este truco para conseguir sus objetivos: "O soy el director o me voy". Aunque tal vez crean realmente que la vida no se tiene que tomar con ambigüedades que indican debilidad, o que los matices no son más que memeces que usan los memos.

No suelen admitir una idea que no concuerde al cien por cien con la que ellos plantean. Si no se sigue de arriba abajo, no se lleva a cabo nada. Aunque una pequeña modificación significara un enorme beneficio, no habrá posibilidad de dialogarlo de forma amigable.

Quienes usan el pensamiento polarizado, el todo o el nada, suelen plantearse y plantear alternativas drásticas: si no eres Premio Nobel de Literatura, eres un completo analfabeto. Sólo existe el triunfo arrasador o el fracaso abismal. En medio, la nada, la no existencia, el agujero negro del universo. El aficionado del equipo contrario es un enemigo total y no se le dará ni agua bajo ningún concepto.

Ver la vida de este modo significa perderse los colores, los matices, las personas que, sin decir amén a todo, pueden ser sus amigos, colaboradores o parejas; renunciar a disfrutar (si no me compro el mejor coche, no me compro ninguno).

En el fondo, esta exigencia (no deja de serlo) acumula un continuo castigo contra la persona con la mente en blanco y negro, quien por exigir el todo, acabará quedándose en nada.

Dice un proverbio "Lo mejor es enemigo de lo bueno".

Y, para terminar, otro, que es turco: "El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos"

 

 

 
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