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Cuaderno de apuntes - Página principal Me ha mentido Antes de nada, deberíamos dejar claro que es una mentira: una manifestación consciente e intencionada que oculta o cambia, total o parcialmente, la realidad a la que se hace referencia. Vamos a dejar de lado la parte moral de las mentiras para centrarnos en los posibles malentendidos provocados por una reducción excesivamente simplificada del concepto:
Con intencionalidad Pero la mentira es una declaración siempre intencionada, cuyo objetivo es engañar al interlocutor por alguna razón. Si partiéramos del concepto anterior, veríamos siempre esa intencionalidad, que a veces puede ser incluso buena (por no hacer sufrir, por no crear conflictos), cuando comprobáramos que una persona nos ha dicho algo que no es cierto. La confianza en juego Es muy importante no juzgar las cosas demasiado rápido y superficialmente. Ver mala fe donde no la habido puede anular la confianza depositada en una persona. Por eso, antes de optar por enfadarnos o decepcionarnos, lo mejor es aclarar las cosas. No siempre es mentira lo que no es verdad Para que una declaración sea considerada como mentira, el que la emite tiene que ser consciente de que está engañando a quien la escucha. Pero puede que la persona que puede estar diciendo algo que no es verdad, no esté mintiendo. Por ejemplo, se puede estar completamente convencido cuando se afirma:
Sin embargo, es posible que estuviera, bien antes, bien después, o tal vez en otra sala. En el ejemplo, si nos enteramos de que, efectivamente, Pepito había estado en la fiesta, porque incluso ha caído en nuestras manos una foto que lo demuestra, la primera reacción es deducir que quien nos informó es un mentiroso que ya no merece nuestra confianza. Por esta razón, aunque solo sea por descartar, vale la pena poner las cosas en su sitio y hablar. También es posible mentir cuando se está diciendo la verdad. En el ejemplo, tras haber deducido, aunque erróneamente, que Pepito no estaba en la fiesta, si se afirmara que estaba, se estaría mintiendo. |