Cuaderno de apuntes - Página principal Sed de control Abraham Lincoln dijo en una ocasión "Si tienes un elefante agarrado por una pierna y está intentando escaparse, es mejor que le dejes escapar". Es fácil caer en la tentación de quererlo controlar todo, querer controlar la situación y, con ello, la propia vida. Sin embargo eso no siempre es posible. Y, por eso, en la mayoría de las veces, el esfuerzo usado es un desgaste completamente inútil y que nos impide disfrutar del sosiego que sería lógico. El afán de controlarlo todo es un método muy eficaz para alcanzar la autodestrucción personal. Cambiar esa actitud es una liberación, es como empezar a disfrutar de esos detalles a los que no prestamos atención, una sensación nueva; es hacer las cosas fáciles y fluir con la propia vida. No estamos incitando al descontrol, a abandonar las rutinas que facilitan una vida saludable, a dejar en manos del azar los recibos de fin de mes. De lo que se trata es de ser conscientes de que hay cosas que podemos mínimamente controlar, pero que hay muchas más que tienen vida propia y que no procede derrochar energía inútilmente ni flagelarnos a diario. Los acontecimientos se desarrollan siguiendo un sinfín de factores que escapan a la más dotada de las inteligencias. Una mariposa cambia de flor en Panamá y se produce un huracán en Estados Unidos (eso sí, siempre afecta a las zonas más pobres). Un hijo chatea con una venezolana y acabamos nuestros días en una residencia de ancianos en las afueras de Caracas. Empeñarse en controlarlo todo nos deja, paradójicamente, sin el control del momento, sin disfrutar de lo que se nos ofrece en el tiempo y lugar actual. No podemos modificar la hora a la que llegará el tren. Hagamos lo que hagamos, el tren irá "a su bola". Y las consecuencias del retraso ya se gestionarán cuando toquen. Y serán, casi seguro, muy distintas a las previstas. Lo que sí podemos hacer, mientras el tren se decide a llegar, es disfrutar de una buena lectura, una charla relajada, un paseo reparador, etc. Fluir con la vida es mucho mejor que controlarla. |