Cuaderno de apuntes - Página principal Bombones amargos Envueltos con papel atractivo y ofrecidos con generosidad, los bombones amargos sientan como un veneno que recorre la sangre de quien los recibe por sorpresa. Se trata de pequeñas frases que, de forma inconsciente, de forma totalmente premeditada, o incluso espontánea, hieren. Es cierto que a veces salen y ni siquiera nos damos cuenta de que hemos herido, con nuestro dardo certero, a la persona que ha actuado de diana. Por ejemplo, las abuelas suelen (al menos las de mis hijas) alabar la inteligencia de una de las nietas frente a la otra (es decir, la otra es poco menos que tonta). Cosas tan aparentemente insignificantes como "tú estás demasiado delgada, en cambio tú estás más rellenita" es interpretado por la primera como un piropo mientras que por la segunda como una declaración oficial de obesidad. Pero la mayoría de esos bombones están elaborados con mala uva:
Tanto si estos bomboncitos están hechos a drede como si no, no se consigue ningún beneficio para nadie, porque quien los recibe se queda con la pequeña herida y se pondrá a la defensiva cada vez que se tope con quien se los ha dado. Y éste, a la larga, recogerá el rechazo de los demás.
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